Son tres mujeres que representan la iglesia de hoy:
La impura, la viuda, y la pía.
La última con su Esposo vive feliz
Su amor le llena su alma de algarabía.
La impura tiene de muchos el placer descontrolado,
Ya que no le importa vivir en un desfalco inmenso.
La viuda vive solo en el recuerdo del ayer,
De un amor difunto y en silencio.
Es así con el asunto de la palabra de Dios:
Y la iglesia que ha perdido su herencia.
Adopta toda clase de adulteración
Sin importarle su dudosa procedencia.
Y la que vive añorando regresar a lo mejor
De un texto bíblico realmente puro,
Se conforma solo con el deseo,
Ya que “no hay para dónde” por parecerle algo duro.
Empero la pía se levanta con bravura y con fe,
Amando de la RVG su hermosísimo vergel,
Se deleita en cada palabra divinamente inspirada,
Gozando de ella su eterno placer.
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