Por el Dr. Carlos Donate
La historia secular de la España en aquellos tiempos habla de la persecución de los verdaderos creyentes. La Biblia que usaban y de la cual predicaban era la Antigua de Valera. España y América del Norte se enfrentaron en una guerra en la cual España terminó vencida. Los sentimientos decayeron en España de tal modo que fue difícil para las iglesias evangélicas de aquel entonces hacer algo para contrarrestar ese espíritu derrotado en el ámbito nacional. Un país sin libertad de religión y culto es un país que se sumerge en la tristeza, la apatía moral, y la ignorancia. Pienso que el enemigo se aprovechó de esta situación de caos político y espiritual para introducir aun más la ciencia crítica proveniente de Inglaterra, Francia y Alemania. La situación en esos momentos impidió la libre locomoción de predicadores evangélicos debido a la intolerancia religiosa que siempre había existido en España. Por un lado, la Iglesia Católica culpaba al gobierno actual; por otro lado, el gobierno culpaba a la Iglesia Católica. La solución pareció ser que ambos lados culparan a las iglesias evangélicas de todos los problemas políticos y espirituales. Por lo tanto, la solución fue la de suprimir aun más la obra de los evangélicos. Bajo el régimen Católico del Generalísimo Francisco Franco, quien en agosto de 1953 firmó un concordat con el Vaticano, hubo más persecución de los creyentes que no profesaban el Catolicismo Romano. De hecho, unos años anteriores, casi al comienzo de su gobierno, Franco prohibió la distribución de la 1909 al grado de sufrir la pérdida de más de 10,000 Biblias en 1940 en una redada en la ciudad de Madrid. La Biblia del 1909 fue considerada muy “subversiva” y “anticatólica” para el gobierno y la Iglesia Católica. Fue así como desde 1900 hasta 1950, o aun más recientemente, existió poca libertad religiosa, al grado de casi aplastar el movimiento evangélico en España.
Con el paso del tiempo los líderes evangélicos de tendencias liberales y ecuménicas parecen haber diseñado un plan para terminar con esa intolerancia. Aunque a los evangélicos de España no le gustó la idea al principio (y de hecho hubo gran oposición), terminaron abrazándola como la mejor solución a la terrible persecución en España en contra de ellos. ¿A qué solución me refiero? ¿Cuál era la manera en que tratarían de aplacar el odio en contra de ellos? Leamos las palabras del mismo don José Flores, quien vivió y experimentó esa tal llamada solución:
“Los grupos ecuménicos, como el de Taizé, con el Padre Robert Giscard, que aparece en la Televisión Española, dan dinero al editor católico Herder, para imprimir un millón de Testamentos ecuménicos. Simultáneamente, algunos curas compran la versión Reina-Valera (la del ´60, recién sacada al mercado por la Sociedad Bíblica de España.—Nota propia), confesando que es mejor y que la emplean para sus niños de la catequesis, en el nuevo ambiente de apertura católica.” Todo esto concuerda con la nueva política asumida por la Sociedad Bíblica Española, la Alianza de Iglesias Evangélicas Españolas, y el movimiento evangélico en general, como estrategia para unificar criterios, y para regresar al redil católico (universal) bajo la idea de que todos somos “hermanos” y “una sola Iglesia”. Esto dado el recién concilio del Vaticano II, cuyo objetivo fue la reunificación de creyentes protestantes a la Iglesia Católica.
Las Sociedades en España miraron a Nueva York y Londres para una pronta acción. Dice Nida, en su libro titulado “Understanding Latin Americans” 1974, William Carey Library, South Pasadena, California, ISBN 0-87808-117-8 (en español, “Entendiendo Latinoamericanos”), en su prefacio, que hubo tres factores importantes que le motivaron a producir una Biblia adaptada a todos:
1) El movimiento ecuménico impulsado por la Iglesia Católica.
2) El gran interés social por parte de la Iglesia Católica, y
3) El renuevo bíblico, el cual ha estimulado más interés por el mensaje de la Biblia y la proclamación de la Buena Nueva en las iglesias Católicas.
¿Qué mejor idea para unificar la Iglesia Católica con la Evangélica sino la de unificar primero sus Biblias? Todo sugiere que el Sr. Nida y su gente ya habían comenzado a consultar la Universidad Pontificia de Roma y su departamento de griego durante la década de los ´50 con el fin de establecer un texto común. Fue durante este tiempo tan terrible para los verdaderos creyentes en Cristo que el Concilio Mundial de Iglesias lanzara al mercado en 1952 la Biblia en inglés que lleva por título la “Revised Standard Version” (R.S.V.), la cual ha sido señalada como muy corrupta, tomado el ejemplo de Isaías 7:14 en donde dice que la “moza” o la “doncella” (hebreo—“almah”) parirá un hijo, lo cual ataca la doctrina de la deidad de Cristo quien nació de una virgen. Los dueños de la R.S.V. son la Fundación Lockman, los mismos que produjeron la Biblia de las Américas en español.
Ahora nos preguntamos, ¿Qué influencias tuvo Eugenio A. Nida en 1946 cuando recomendó tener precaución para no ofender a otros en traducir dicha palabra? Su libro, “Bible Translating” (ABS; 1947) no indicó la prohibición del todo en usar “doncella” en lugar de “virgen” sino que se limitó a usar precaución, ya que el no hacerlo podría ofender a otros, lo que representó una buena idea en ese momento. Sin embargo, años después Eugenio Nida, junto a el Sr. Jan de Waard publicaron un libro titulado “Functional Equivalence in Bible Translating-From One Language to Another” Thomas Nelson, p. 23, 1986, en donde se revela la verdadera apostasía de Nida al decir esta vez que Isaiás 7:14 debe usarse “doncella” (inglés: “young woman”) porque de no ser así, entonces “hay un doble nacimiento virginal en las Escrituras, el de María en Mateo 1:23, y el de Isaías 7:14”. Por eso sospecho que Nida consultó la R.S.V. Nida era el “experto” en traducciones. De ser cierto, y estoy convencido que sí lo es, ¡tenemos al mismo apóstata dirigiendo la revisión de la Reina-Valera 1960!
Sigue narrando Flores lo que sucedió en España (página 302): “En el mes de Mayo de 1965, la visita del Dr. Eugenio Nida, de la Sociedad Bíblica Americana, a la oficina bíblica de Madrid, acompañado de los padres capuchinos Serafín Ausejo y Fuenterrabia, los contactados en Zurbano 8, con el hermano de Taizé, y luego con los escrituristas Angel González, Juan Prado, redentorista (Congregación del Santísimo Redentor), Evaristo Martín Nieto y Manuel Herrainz, mostraban que las Sociedades Bíblicas Protestantes habían dado un giro marcado hacia el ecumenismo, y que las luchas silenciadas entre los editores católicos y sus recelos de la mutua competencia en el campo de la erudición, escondían la verdad subyacente de una competitividad comercial.” ¿Qué hacía Nida con estos “hermanos” Católicos? ¿Por qué les acompañaba?
Les acompañaba porque ya había comenzado el ecumenismo. Todo comenzó en 1946, cuando la Sociedad Bíblica Americana, la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera y otras se unieron para desvirtuar y eventualmente eliminar el Texto Recibido y porque se pretendía alcanzar a todos para Cristo, entonces era necesario empezar por derrumbar los prejuicios entre católicos y protestantes, y entrar en una nueva relación armoniosa y ecuménica. Al dar “jaque-mate” al Receptus se lograría éste objetivo. Amado hermano, no crea los argumentos de los defensores de la nueva revisión del 1960 que insisten que esta revisión sólo se hizo para mejorar la calidad gramatical, y para hacerla más fácil de leer. Esto es lo que oficialmente se reporta, pero sabemos por los hechos que la realidad es otra.
Cuando nos visitó en Guatemala en 1996 el distinguido editor de C.L.I.E., el Dr. Eliseo Vila, tuve la oportunidad de hablar con él en cuestión a nuestra posición acerca del Texto Recibido. Cuál fue mi sorpresa al oír de los propios labios de Vila que efectivamente, en los años ’50, su papá, el gran líder Bautista en España, el Dr. Samuel Vila, había discrepado fuertemente con Adolfo Araujo y otros para que esta “solución” se realizara, ya que la nueva revisión (la del ´60) y subsiguientes ediciones inter-confesionales buscarían la unificación eventual de tanto Católicos como Protestantes y Evangélicos al introducir, en ésta nueva revisión, el aparato crítico de las Sociedades Bíblicas “Unidas”. Para este gran líder Bautista Español la promulgación de esta revisión terminó por arruinar a los evangélicos fundamentalistas. La Reina-Valera 1960 es una mezcla del Texto Recibido con partes del texto crítico el cual se basa en la obra del alemán Eberhard Nestle y su colega Kurt Aland.
Cito del libro titulado “El Texto Del Nuevo Testamento” página 232: “Un principio añadido a la lista primera del Comité de Revisión de la Reina-Valera fue que: Dondequiera que la versión Reina-Valera se ha apartado del Textus Receptus para seguir otro texto mejor, nosotros no volveremos al Receptus. El punto 12 de los Working Principles dice: En casos de duda sobre la correcta traducción del original, consultaremos preferentemente la English Revised Versión de 1885, la American Standard Versión de 1901, la Revised Standard Versión de 1946, y el International Critical Commentary.” -Por Dr. José Flores del comité Revisor de la Reina-Valera 1960.
La elaboración del UBSGNT a finales de los 1940´s contó con eruditos liberales como Bruce Metzger, Mateo Black, Alan Wikren, Eugenio Nida y Barbara Aland. Luego en 1966 ó 1968 entró el Cardinal Católico de Milán, Carlo María Martini, jefe del departamento de ciencias bíblicas de la Universidad Pontificia de Roma. Su trabajo se basó en la obra nefasta del griego de Westcott y Hort de 1881. Debemos mencionar aquí que Martini trabajó con La Sociedad de Jesús (léase los “jesuítas”) desde el 13 de julio de 1952, según expresa el sitio web Catholic Hierarchy.
Fue durante este tiempo que las sociedades bíblicas comenzaban a revisar biblias tradicionales, tales como la Antigua Valera y otras, con el fin de introducir cambios que las harían apegadas a Westcott y Hort.
No hay que dudar, querido lector, que la revisión del ´60 fue lo que propulsó la ola de subsiguientes revisiones de biblias hispanas corruptas que desde los ´60, ´70 y hasta el presente han salido al público evangélico ignorante y no estudiado.
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